Trump endurece postura hacia la región desde Asia

Mientras cumple agenda en Asia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantiene el foco sobre América Latina con señales de una estrategia más agresiva en el Caribe. En los últimos días, Washington incrementó su presencia naval y aérea cerca de Venezuela y dejó abierta la puerta a nuevas acciones contra estructuras de narcotráfico en la zona.

Informes de prensa y comunicados oficiales detallan el arribo de buques y aeronaves a puertos y bases del Caribe, así como el tránsito de un grupo de portaaviones, movimientos que elevan la tensión con Caracas. Autoridades estadounidenses han reconocido operaciones contra embarcaciones sospechosas de tráfico de drogas y no descartan acciones terrestres dirigidas a objetivos específicos. 

En paralelo, la Casa Blanca señaló que el objetivo es “disuadir y desarticular” rutas ilícitas que impactan a Estados Unidos, mientras voces en el Congreso cuestionan el alcance legal y los riesgos de escalada. El gobierno de Venezuela ha condenado el despliegue y anunció refuerzos militares en zonas costeras y fronterizas. 

¿Por qué importa para Centroamérica y Honduras? Una mayor presencia militar en el Caribe puede alterar rutas marítimas, seguros de carga y costos logísticos, además de intensificar controles en corredores aéreos y portuarios. Expertos advierten que cualquier ampliación de operaciones en o cerca de territorio venezolano tendría efectos políticos y comerciales en la región que conviene seguir de cerca. 

La gira asiática de Trump continúa con reuniones multilaterales y bilaterales, pero el tablero hemisférico sigue en movimiento. Las próximas 48–72 horas serán clave para medir si el aumento de activos en el Caribe se mantiene como disuasión o si deriva en una nueva fase operacional.